La libertad de movimiento no se negocia, se defiende
Eliana Palacios
Partido político VOX Rivas Vaciamadrid
Cada día escucho a vecinos que llegan indignados, casi siempre con la misma frase: “Me ha llegado otra multa de la ZBE, pero no entiendo por qué”. Y es lógico. Están sancionando como si hubiéramos cometido una infracción grave, cuando la realidad —y esto está ya reconocido por el propio Ayuntamiento— es que en Rivas no existe ninguna ordenanza que regule las Zona de Bajas Emisiones implantadas alrededor de los colegios. No hay ZBE, pero sí hay multas. Muchas multas.
En 2024 fueron más de 13.000 expedientes y más de 800.000 euros recaudados, en zonas en las que ni siquiera permiten acceder a vehículos eléctricos, lo que demuestra que esto no va de contaminación, sino de fanatismo climático y agenda 2030. Porque las multas por entrar en una supuesta ZBE te las imponen como infracciones de tráfico, pero el Ayuntamiento sabe muy bien dónde no puede pasarse de la raya. Por eso, aunque esas cámaras te pillen entrando o saliendo en zonas y horas restringidas, no te quitan puntos del carnet. ¿Te has planteado por qué? Porque saben que la ciudadanía se les echaría encima si descubriera que están imponiendo sanciones por acceder a una ZBE que ni siquiera está legalmente regulada. Prefieren la sanción silenciosa, la recaudación sin ruido.
Y a todo esto se suma algo todavía más grave: el Ayuntamiento ha recibido fondos europeos Next Generation y subvenciones de la Comunidad de Madrid para implantar unas ZBE que jurídicamente no existen. Nos lo ha reconocido por escrito. Señalización, obras, consultorías, cámaras… todo pagado como si estuviéramos ante una verdadera zona de bajas emisiones, cuando ni siquiera hay ordenanza que la regule, como exige la ley. Esto no es solo una estafa a los vecinos; es una irregularidad que exige explicaciones inmediatas.
Por eso llevamos al pleno de noviembre una moción clara, rigurosa y necesaria: eliminar estas falsas ZBE, suspender las sanciones, revisar todas las multas y devolver cada euro cobrado indebidamente, además de exigir una auditoría externa que aclare el uso real de esos fondos públicos. Esta es una muestra más de nuestra labor de oposición firme, frontal y sin tibiezas.
Cuando leas esto, probablemente el gobierno de Aída Castillejo ya haya rechazado la moción. Habrá vuelto a elegir el fanatismo climático por encima del sentido común; la sanción sobre la libertad; el silencio frente a la transparencia y la recaudación sobre la asfixia de las familias.
Pero tú sí puedes hacer algo: recurrir, defender tus derechos, no resignarte.
Nosotros seguiremos siendo la voz que denuncia lo que ocurre y la mano que acompaña a cada vecino que decide no dejarse pisar. Porque la libertad de movimiento no se negocia: se defiende.
Un abrazo a todos. Aprovecho este último artículo del año para desearos una Feliz Navidad.

