Eduardo Lozano, vecino de Rivas, conquista el oro mundial máster en taekwondo

Eduardo Lozano, vecino de Rivas desde 2022, ha logrado un nuevo hito en su carrera deportiva al proclamarse campeón mundial máster de taekwondo en los Juegos Mundiales celebrados en Taiwán. Apenas diez días después del nacimiento de su segundo hijo, Lozano subió a lo más alto del podio en la categoría de 40-45 años y menos de 68 kg, tras imponerse en la final a un competidor japonés.
La cita, que reunió a 25.000 deportistas de más de 100 países, es considerada una suerte de olimpiada para atletas veteranos. A pesar de la intensidad del momento personal, el ripense no quiso perder la oportunidad de estrenarse en este evento internacional. En tan solo tres días, compitió, se adaptó al cambio horario y regresó a casa con el oro.
De Vallecas al mundo: un maestro con valores y experiencia
Nacido en Vallecas y afincado en Rivas desde hace tres años, Eduardo es cinturón 6º dan, director técnico del Club Taekwondo Kyoto y responsable máster en la Federación Madrileña de Taekwondo. Su relación con este arte marcial comenzó a los tres años y ha evolucionado desde la competición hasta la enseñanza, siempre con una filosofía centrada en el respeto y el crecimiento personal.
Entre sus logros más destacados figuran tres títulos europeos máster, medallas internacionales en países como Finlandia, Estonia e Italia, y múltiples campeonatos de España entre 2018 y 2025. Su trayectoria se vio interrumpida en 2020 por la pandemia y en 2021 por un accidente de tráfico, pero eso no detuvo su motivación.
El taekwondo como escuela de vida
Para Eduardo, el taekwondo no es solo un deporte, sino una escuela de vida. “No se trata solo de ganar, sino de saber ganar. De respetar al rival y reconocer su esfuerzo”, explica. En sus clases transmite valores como el compañerismo, la humildad y la autoconfianza, convencido de que son la base para formar tanto a buenos deportistas como a mejores personas.
Con esta medalla, Lozano demuestra que la madurez deportiva puede ser un punto de inflexión y no una etapa de retirada. Su ejemplo inspira no solo a su alumnado, sino a toda una generación que sigue encontrando en el deporte una forma activa y plena de vivir.